Recuerdo a los amigos de la cuadra, nuestro ir y venir por el césped gris de aquella infancia, anotando entre la nostalgia de dos piedras que ahora sólo interrumpen el tráfico.
Poetas atroces espantapájaros soñando la belleza henchidos de fracasos, camino por nosotros, por la sombra de los días que perdimos, por las últimas palabras que olvidamos.